El pasado 2 de diciembre entraban en vigor las restricciones navideñas a la circulación en Madrid, que afectaban también al reparto de mercancías, y que iba a estar vigentes hasta el 8 de enero. Afortunadamente, por el caos que se iba a organizar en la capital, estas restricciones se han anulado.
Debido a las protestas de las organizaciones de transportistas se ha logrado suspender las restricciones, judicialmente, aunque de modo cautelar. Ahora, el Ayuntamiento presentará una alternativa para los días sucesivos. De momento, no hay restricciones, los vehículos de transporte y reparto pueden circular como hacían normalmente.
Ya a finales de noviembre la prensa y la ciudadanía criticaban la iniciativa de Manuela Carmena para cerrar el tráfico del centro de Madrid en Navidad. La prohibición de circulación se iba a aplicar a todo el trazado de la céntrica arteria urbana, desde la Plaza de España hasta la calle Alcalá. La iniciativa partía del Área de Medio Ambiente y Movilidad, que es el departamento municipal responsable de esta área.
El objetivo era reproducir lo que ya se hizo en septiembre, en el Mes de la Movilidad. En el Ayuntamiento de Madrid opinan que no se «cortó la Gran Vía para hacer cosas, sino para imaginar que otra Gran Vía es posible». Quieren sacar a colación el tema de que el 30% de los 25.000 vehículos que utilizan a diario este eje para atravesar la ciudad deberían estar usando en su lugar la M-30 o la M-40.