Existe, en el panorama fiscal una amenaza latente para el transporte. Hablamos de la más que probable subida del impuesto de hidrocarburos que grava el gasóleo y la gasolina. En los últimos tiempos, la política medioambiental de la Unión Europea está forzando una imposición fiscal que desincentive el uso de tecnologías o combustibles contaminantes.
Se sabe que Hacienda planea traspasar la pelota al tejado de las autonomías ya que la idea es reformar los impuestos mediaombientales (donde entra en juego el impuesto de hidrocarburos) y así hacerlo durante la negociación de la financiación autonómica con las comunidades.
Las comunidades autónomas ya tienen establecidos impuestos medioambientales, de manera dispersa y difusa que de hecho, tienen un nulo impacto en la recaudación fiscal. Además, Bruselas ha advertido de diferentes formas a España en los últimos años por la baja fiscalidad que del gasóleo se aplica, cuando es uno de los carburantes más nocivos para el medioambiente por sus elevadas emisiones de NOx y partículas por su elevado contenido en carbono y energía. En España se aplica el impuesto de hidrocarburos mínimo permitido por la Directiva comunitaria al gasóleo y en Bruselas no lo entienden, porque es algo que reduce las posibilidades de recaudación fiscal medioambiental de España a cantidades inferiores a la media europea.
Por su lado, la tendencia internacional es aumentar los impuestos medioambientales, como un factor que incentive el uso de combustibles alternativos, pero España no lo está haciendo. Sin embargo, el Gobierno español se ha comprometido reiteradamente con Bruselas para aumentar la fiscalidad medioambiental, finalmente siempre se ha echado para atrás.
Atentos a la subida de impuestos
La conclusión es que es más que previsible que en los próximos tiempos veamos una subida importante de la fiscalidad sobre el diésel y que esta subida acabe repercutiendo en los costes del transporte y por ende en el precio de los productos que se transportan. Puede ser algo muy perjudicial ya que penalizaría las exportaciones españolas en un momento en que se empieza a ver la recuperación de la economía española.
Si esto ocurre el gobierno debería aplicar el plan de gasóleo profesional al sector, para que la subida no derive en unas consecuencias que perjudiquen a todo un país.
