En esta conflictiva área, que une Francia con el Reino Unido, ya convertida en una jungla sin ley, se encuentran ya 9.000 refugiados, con la intención de llegar hasta la isla británica a cualquier precio.
La actividad y la multitud que allí se agolpa ha aumentado y los conductores de turismos y camiones no están seguros. El objetivo de los refugiados que han cruzado Europa desde sus países de origen es llegar al Reino Unido, y para ello intentan hacerlo camuflados en los camiones, mediante creativas maneras de colarse en los vehículos.
Según las últimas noticias, ha habido ataques directos para arrebatar el camión entero al conductor y tratar de cruzar la frontera para llegar a su destino. Como el del miércoles 24 de agosto, en el que un grupo de hombres, armados con palos de béisbol, atacaron a Marc Mombaerts, diciéndole que si levantaba el pie del freno romperían el parabrisas con los palos.
Un país que prohíbe el burkini debería ser capaz de afrontar este problema, en lugar de dejar toda la responsabilidad en manos del Reino Unido. Diane James
Las autoridades francesas aseguran que están haciendo todo lo posible para controlar la zona, sin embargo, el propio conductor atacado afirmó que este tipo de incidentes están ocurriendo cada noche.